En una ocasión en que se encontró a Diomedes ambos recordaron cómo sus antepasados hicieron un pacto de hospitalidad, por lo que intercambiaron sus armaduras (la de Glauco era de oro y la de Diomedes de bronce) y juraron no enfrentarse en el campo de batalla. Sin embargo, Glauco murió poco después a manos de Áyax.
